«Podando, una pausa. Un vino, una roca y yo.
La mirada, curiosa, busca y encuentra las laderas.
Rojos, verdes, amarillos, azules, ocres, tierras,
dan cobijo a peinados viñedos y retorcidos olivares.
Solo puedo cerrar los ojos y escuchar como el viento trae el silencio.»
«Romero, tomillo, el aire frío de la sierra,
los rayos de sol aferrándose a las cumbres,
desesperados, como si no quisieran irse nunca.
Cada uno tiene un lugar especial,
un sitio donde uno puede estar consigo mismo. Éste es el mio.»
«Según te vas acercando, descubres
una brecha en el paisaje, almendros, higueras
y cerezos en las levantadas, protegiendo pequeñas
parcelas plantadas de viñedos y olivos.
trabajando día a día para que siga así»
«Mientras trabajo la tierra hago un descanso a los
pies de los almendros. Ante mi un profundo valle
con pequeñas terrazas de viñedo.
Nos hablan de nuestros antepasados, de su legado,
de nuestra herencia, seguir manteniéndolo así.
Mis cadenas y mis alas.»
«Hay veces, sin saber cómo, llega una oportunidad
de reencontrarte con la tierra.
Gracias Armentia, por cuidar y mimar estas viñas
durante todos estos años.»